domingo, 1 de noviembre de 2009

UNA LEYENDA CON SABOR A VAINILLA

Por Rocío Jardinez


Hubo en la historia dos personajes: un hombre de gran fortuna, hijo de hacendados, que vivía enamorado de una mujer, hija de campesinos, sin riquezas. Ella también lo amaba. En esa misma historia, unos padres que luchaban contra la mezcla de razas, si así pudiera llamarse. Imposible unir a una mujer pobre con un hombre rico. Así pasaron los años sin que ese hombre y esa mujer pudieran unirse. Murieron con sus sentimientos escondidos, sin embargo, cuenta la leyenda que ese amor se refleja en cada cultivo de vainilla, planta aromática que con sus largos tallos se le encuentra abrazada a un árbol de naranjo.

La vainilla es una planta proveniente de la familia de orquídeas, originaria del estado de Veracruz, específicamente de los límites con Puebla. Ha sido cosechada en países como Madagascar y la actual República Malgache, lugares que desafortunadamente han exportado más vainilla que nuestro propio país, aun cuando precisamente a México se le considera la nación que ocupa el cuarto lugar de cultivo. Su fruto es una vaina verde, quizá por eso los españoles, cuando la conocieron, confundiéndola con el ejote la bautizaron con el nombre de vainilla o vaina pequeña.


Años atrás, la siembra de vainilla podía ocupar varios metros cuadrados de los cerros de Veracruz, sin embargo, en los años sesenta el gobierno mexicano ofreció créditos a los agricultores para que incrementaran el cuidado del ganado, en virtud de la demanda de dicho producto; por lo que disminuyó el cultivo de la vainilla.

La vainilla, además de ingrediente de diversos platillos como flanes, pasteles y especialmente sustancia imprescindible de la Coca Cola, también ha sido utilizada como remedio por la medicina alternativa. Según Cutberto Mora, historiador, "Se ha ocupado para hacer crecer el cabello, para bajar las fiebres o para ayudar a las madres a dar a luz".


Antes de utilizar la vainilla se hace pasar por diversos procesos; desde su cultivo, debe existir un cuidado muy específico, ya que uno de los principales problemas durante su siembra es la falta de polinizadores. "Las abejas o insectos que antes ayudaban a la polinización ya no hacen su trabajo, toman el polen masculino pero no lo desechan, por ello se debe hacer la polinización de manera manual", así lo explica don Ángel Reyes, uno de los productores que colabora con la actual Red de Vainilla. En los hogares se ha preferido comprar aquellas botellas que aseguran contener extracto de vainilla que no es más que un sintético que a la larga es un detonador de cáncer.


Quienes se dedican a su cultivo, protegen la vainilla del sol y la lluvia y, posteriormente, realizan una cuidadosa selección por tamaño, característica de suma importancia para su venta. Finalmente, se realiza un proceso de justificado, que consiste en exponer el fruto al sol y al aire para que de verde se torne en un color café, que es como se le conoce.


Un kilo de esta planta tiene un costo en el mercado de mil 500 pesos; sin embargo, aseguran los productores, que si la población la consumiera más, el valor podría bajar considerablemente. El gobierno ha creado, a través de Sagarpa, diversos programas de apoyo al campesino dedicado a este cultivo, pero desafortunadamente y estímulo no siempre llega la vainilla a las manos que de quien en realidad lo necesita, pues existe, como en todo el país, un monopolio, así que el dinero se distribuye en tres familias adineradas.


La mayoría de los cultivadores de vainilla siguen con la tradición de diversas generaciones, pero alternan el cultivo con la siembra de cítricos para obtener mayores ingresos, así lo confirma el doctor Delfino Reyes, director de la Red de Vainilla.


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